¿Te has fijado si con tu pareja tenéis algún “juego psicológico” poco sano?
Seguramente eres consciente de que este es un hábito que os hace infelices a los dos y que erosiona vuestra relación.
Me gustaría explicarte que el origen de esta conducta es como en muchos otros casos en la infancia.
Recuerda cuando eras pequeño/a si hubo alguna ocasión en la que tus padres te menospreciaron o te castigaron porque no cumpliste con sus expectativas.
A menudo pasa que los padres no saben amar como los hijos necesitan ser amados. A un hijo se le ama incondicionalmente, pero de una forma que el hijo sienta genuinamente ese amor.
Recuerdas si tus padres te abrazaban, te besaban, te mimaban, jugaban contigo, te hacían cosquillas, te leían, pasaban tiempo contigo, te hacían partícipe de sus tareas, te enseñaban cómo cocinar un pastel, te ayudaban con los deberes si lo necesitabas, iban a verte a los partidos de básquet, te llevaban al parque por las tardes o de excursión los fines de semana…
Y si tus padres no pasaron todos estos ratos contigo y no te hicieron sentir su amor incondicional, entonces, ¿cómo vas a poder amar tu incondicionalmente a otros?
Y lo más preocupante, ¿cómo vas a poder amarte a ti mismo/a?
No sabes, porque no te han enseñado.
El juego psicológico entre parejas consiste en manipular para conseguir amor
Por lo tanto, repites lo que has aprendido de niña/o, que en muchos casos se trata de manipular u obedecer para conseguir amor.
Pero, ¿cómo corregir esta conducta que aprendiste sin saberlo en tu infancia?
Te lo cuento en esta entrevista que me hicieron en Mindalia TV:
Contacta conmigo para una sesión individual online o presencial.
O sigue este enlace para conocer qué es el «dolor persistente»…